De la existencia de este monasterio existe documentación desde el año 1.289, fecha en la que el rey Sancho IV el Bravo hace donación de unas casas con jardines, que por entonces formaban parte del palacio de su tío el Infante D. Fabrique, a una comunidad de monjas clarisas que se instalan en ellas.
Así se inició la historia de este monasterio que siempre contó con el favor de la corona, por ejemplo a través de la reina Doña Mª de Molina , que ayudó a pagar los gastos de la construcción de la iglesia y también las del propio convento.
Con el transcurso del tiempo y las distintas obras realizadas a lo largo de su historia, aquel palacio iría cambiando poco a poco su fisonomía para ir adaptándose a sus necesidades conventuales, quedando en la actualidad como único testimonio de su vida anterior la conocida torre de D. Fabrique.
La historia del convento está ligada también a Doña Mª Coronel, que se refugió en el, huyendo del asedio a que la tenía sometida Pedro 1º "el Cruel". Aquí profesó como religiosa, antes de pasar a fundar el de Santa Inés.
Situado en el céntrico barrio de San Lorenzo, hoy ocupa solo una parte de una extensa manzana, Actualmente ocupa una zona central de dicha manzana teniendo su entrada por Por la Calle Santa Clara.
El Claustro principal de este convento está fechado en 1.532. Sobre las paredes de la galería de la planta baja existe un valioso zócalo de azulejos en reliebe, de los denominados "de cuenca". Interesante es también la fuente situada en mitad del patio, es de taza baja y perfil mixtilíneo de aire renacentista.
Uno de los elementos principales de este convento es su iglesia, que data del siglo XV y de estilo gótico mudéjar. De una sola nave, presenta cabecera ochavada y coro alto y bajo a los pies. Como es habitual en las iglesias de este tipo, la cabecera se cubre con bóveda gótica nervada hasta el arco total y la nave con una armadura de carpintería mudéjar.
Otro de los notables elementos de la iglesia son sus bellos zócalos de azulejos de más de 2 m. de altura, fechados en el presbiterio en 1.565, la espadaña, realizada por Juan de Vandelmira y Diego coronado y el sepulcro del Obispo de Silves don Álvarez Peláez que cuenta con una estatua yacente sobre sarcófago de estilo gótico del siglo XIV.
Cerrado y semiabandonado durante años, el convento de Santa Clara de Sevilla se encuentra en proceso de restauración, abierto parcialmente al público para uso cultural y exposiciones.
Este convento está catalogado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
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