Escribir un cuento no me resulta nada fácil, no sé que tema elegir y como ayer con Conce dedicamos la clase de informática al día del libro, creo que voy a basarme en la Leyenda de Sant Jordi.
Hace muchos, muuuuchos años, en un País muy
lejano, había un bonito pueblo en la ladera de una gran montaña. Sus habitantes
eran felices porque tenían todo lo que necesitaban para vivir. Unos se eran ganaderos (¿sabeis que es un ganadero? Pues es la persona que
cuida las vacas, los cerdos, las ovejas etc.), otros se dedicaban a la
agricultura (¿sabeis que es la agricultura? . Pues son esas cosas tan buenas que comemos , como
patatas, lechugas, tomates, fruta etc.), otros hacían pan, otros hacían cacharros, otros vestidos y así tenían
en el pueblo, todo aquello que se pueda necesitar.
Vivian en unas lindas casitas y no
necesitaban jardín porque tenían toda la montaña para jugar y así lo hacían los
niños todos los días cuando salían del colegio. Además y por si fuera poco,
también tenían un rey que cuidaba del bienestar de todos sus súbditos.
Pues bien, ninguno de los habitantes de ese pueblo, era capaz de presagiar lo que
se les avecinaba.
Resulta
que un soleado día, cuando los niños jugaban en la montaña, escucharon un tremendo ruido que
no sabían que era ni de dónde venía y claro, se asustaron muchísimo y fueron
corriendo a refugiarse en sus casa y a contárselo a sus papás.
Estos no les hicieron mucho caso. Pero
resulta que al día siguiente echaron a faltar varias cabezas del ganado y
pensando que se habían perdido en el bosque, salieron a buscarlas y cuál no
sería su sorpresa cuando escucharon un extraño,
fuerte y acompasado resoplido, se miraron extrañados y decidieron ir a
ver de dónde provenía tan extraño ruido,
así que despacito, despacito se fueron
acercando al lugar de donde provenía.
Cuando de pronto vieron espantados como un inmenso dragón dormía
tranquilamente mientras hacia la digestión de su opípara comida. Todos en voz
baja se preguntaban de donde había venido esa bestia pues ninguno había visto
antes algo parecido. Era tan grande que no podían matarle.
A partir de ese momento, en el pueblo todos
tenían miedo y pensaban ¿ que será de nosotros cuando este animal termine con todas las bestias del pueblo?. Ni que decir tiene que a partir de ese día
ninguno de los niños volvió a salir de
casa ni para ir al cole ya que sus padres tenían miedo de que les viera el
drogón.
Todos los habitantes del pueblo decidieron ir
a ver a su rey para contarle sus penas y este reunió a los sabios de la corte
para entre todos encontrar una solución. Después de pensar y pensar decidieron que una vez el dragón
terminara con el ganado, le entregarían todos los días una doncella para saciar
su apetito, esta doncella sería elegida
por sorteo , pero claro, esta no
era la solución ya que en poco tiempo el
dragón terminaría con el pueblo entero, así que urgía encontrar la forma de acabar con ese monstruoso animal.
Pasaba el tiempo y llegó el temido momento,
como no habían dado con la forma de matarlo decidieron comenzar con el sorteo y
hete aquí, que la mala fortuna fue a caer en la hija del rey quien muy triste
pensaba en su mala suerte pero tenía que dar ejemplo y entregarla porque
después, al igual que él, todos los padres del pueblo se encontrarían
igual de tristes.
Quiso la fortuna que en esos días estuviera
conociendo este país, un guapísimo
príncipe de otras muy lejanas tierras y
se enteró de la desdicha del pueblecito, sin pensarlo dos veces y a galope
tendido se encaminó hacia allí y cuando vio que el dragón iba a comer a la princesa, con una espada de pulido
acero, le atravesó el corazón y en ese instante el dragón cayó herido de
muerte. Desde ese momento y partiendo de cero en cuanto al ganado se refiere,
volvieron a ser todos felices como antes.
El príncipe y la princesa, como es lógico se
enamoraron y el rey muy feliz, invito a
todo el pueblo a la boda donde bebieron vino, comieron perdices y a mí no me
dieron porque no quisieron.
Luli a 24 de Abril de 2.013
Luli a 24 de Abril de 2.013
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